
Sin embargo, como se sabe, los aborígenes americanos y los de Salta en particular, hoy están relegados y empobrecidos. No vamos a esperar que tengan privilegios por su condición de primeros habitantes del continente, solo que por lo menos, se les permita vivir en paz y en armonía con la naturaleza y la ecología, sin invasiones sojeras o de desmontes, por ejemplo, y que se los trate como iguales, como a cualquier argentino, que se les reconozca el derecho a la tierra que habitan, y que tengan igualdad de oportunidades. Qué más? Es lo menos que se puede pretender, no?
Hasta la próxima!! Guflo
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