viernes, 22 de mayo de 2009

PEDRO Y EL LOBO

Ilustración para el afiche 2008 de la obra Pedro y el Lobo

Los días 30 y 31 de mayo, a las 19, en el Teatro Provincial de Salta y a pedido del público, el Ballet de la Provincia repone el cuento ruso Pedro y el Lobo, junto a la Orquesta Sinfónica de Salta. La puesta se realizará bajo la Dirección Artística del maestro Leandro Regueiro y la Subdirección de la maestra y autora de la coreografía Liliana Ivanoff. La Orquesta Sinfónica de Salta actuará bajo la batura de los maestros Luis Gorelik y Jorge Lhez. Estas funciones serán libres y gratuitas para toda la familia, por lo que deben concurrir directamente al Teatro , Zuviría 90. Por otro lado, desde el 1 al 5 de junio, se realizarán dos funciones diarias y gratuitas para escuelas salteñas. Un total de 15.000 niños tendrán la oportunidad de disfrutar de un espectáculo de ballet y orquesta con personajes típicos de los cuentos infantiles como: el pajarito, la gata, la pata, el malvado lobo, entre otros.
El éxito que estas funciones tuvieron en el 2008 y la repercusión que generaron en el ámbito educativo, hizo que el Instituto de Música y Danza ampliara la programación inicial, ya que el año pasado la cantidad de escuelas interesadas sobrepasaron las expectativas.Las escuelas interesadas deberán comunicarse con el teléfono 4220922 o al celular 154795286, de lunes a viernes de 9 a 15. El renombre y el prestigio que este joven Ballet ha logrado hasta hoy se debe al esfuerzo conjunto entre la Provincia, el trabajo de la Dirección Artística, el talento de los bailarines y el aporte de grandes coreógrafos.
EL CUENTO
Pedro y el lobo es una composición sinfónica de Sergei Prokofiev escrita en 1936 después de su regreso a la Unión Soviética, está basada en el cuento popular ruso de "Pedro y el Lobo", este cuento es una obra didáctica que trata de enseñar a los niños que si mientes al final nadie te creerá cuando verdaderamente lo necesites. La obra de Sergei es un cuento infantil (con la música y el texto adaptado por él), hablado por un narrador acompañado por la orquesta.
Erase una vez un pequeño pastor que se pasaba la mayor parte de su tiempo cuidando sus ovejas y, como muchas veces se aburría mientras las veía pastar, pensaba cosas que hacer para divertirse.
Un día, decidió que sería buena idea divertirse a costa de la gente del pueblo que había por allí cerca. Se acercó y empezó a gritar:
- Socorro! El lobo! Que viene el lobo!
La gente del pueblo cogió lo que tenía a mano y corriendo fueron a auxiliar al pobre pastorcito que pedía auxilio, pero cuando llegaron, descubrieron que todo había sido una broma pesada del pastor. Y se enfadaron.
Cuando se habían ido, al pastor le hizo tanta gracia la broma que pensó en repetirla. Y cuando vió a la gente suficientemente lejos, volvió a gritar:
- Socorro! El lobo! Que viene el lobo!
Las gentes del pueblo, en volverlo a oír, empezó a correr otra vez pensando que esta vez si que se había presentado el lobo, y realmente les estaba pidiendo ayuda. Pero al llegar donde estaba el pastor, se lo encontraron por los suelos, riendo de ver como los aldeanos habían vuelto a auxiliarlo. Esta vez los aldeanos se enfadaron aún más, y se marcharon terriblemente enojados.
A la mañana siguiente, el pastor volvió a pastar con sus ovejas en el mismo campo. Aún reía cuando recordaba correr a los aldeanos. Pero no contó que, ese mismo día, si vió acercarse el lobo. El miedo le invadió el cuerpo y, al ver que se acercaba cada vez más, empezó a gritar:
- Socorro! El lobo! Que viene el lobo! Se va a comer todas mis ovejas! Auxilio!
Pero esta vez los aldeanos, habiendo aprendido la lección el día anterior, hicieron oídos sordos.
El pastorcillo vió como el lobo se abalanzaba sobre sus ovejas, y chilló cada vez más desesperado:
- Socorro! El lobo! El lobo! - pero los aldeanos continuaron sin hacer caso.
Es así, como el pastorcillo vió como el lobo se comía unas cuantas ovejas y se llevaba otras para la cena, sin poder hacer nada. Y se arrepintió en lo más profundo de la broma que hizo el día anterior.

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